La responsabilidad de los padres ante un mundo digital

La responsabilidad de los padres ante un mundo digital

¿Recuerda los aparatos tecnológicos de antaño? Esos que usamos en nuestra niñez o juventud y que hoy nuestros hijos no tienen ni idea de que existieron.

Era una época en que oíamos música con un Sony Walkman, tomábamos fotografías con cámaras a las que se les ponía un rollo que luego debía llevarse a revelar. Nuestros recuerdos y películas se almacenaban en cintas de VHS. Para comunicarnos usábamos el teléfono público de la esquina o si éramos afortunados el teléfono de disco que había en casa. Para hacer nuestras tareas teníamos que investigar en grandes enciclopedias y luego utilizar una máquina de escribir tratando de no equivocarnos. Más adelante llegaron las primeras computadoras y los discos flexibles que había que cuidar muy bien para evitar perder nuestros archivos. ¿Y recuerda las primeras consolas de juegos? Pasamos muchas horas jugando con una Atari y su joystick de un solo botón.

Todos estos aparatos hoy en día han sido reemplazados por aparatos cada vez más pequeños, y a través de computadoras, tablets o teléfonos inteligentes nos comunicamos, informamos, trabajamos y divertimos. Pero no solo nosotros, sino también nuestros hijos.

Colegio Filadelfia Tunja

A diferencia de nosotros, la mayoría de nuestros hijos son “nativos digitales” ya que nacieron en casas donde un teléfono inteligente era parte de los aparatos de la casa. ¡Incluso usamos estos aparatos como niñeras!

Pero así como disfrutamos de las bondades de la tecnología, también hay riesgos inherentes a ella. Y nuestra responsabilidad como padres es conocer cuáles son estos peligros y encontrar la manera de proteger a nuestros hijos de ellos.

Debemos admitir que para una plancha o un microondas esto es mucho más sencillo de lograr. Todos acá seguramente nos hemos asegurado que nuestros hijos no jueguen con estos aparatos, y solo hasta que tienen la edad apropiada les hemos enseñado a usarlos adecuadamente.
Con los dispositivos móviles las cosas se complican puesto que la velocidad con que se dan los cambios tecnológicos es más rápida que nuestra velocidad de aprendizaje. Y, mientras una plancha o un microondas solo pueden lastimar a nuestros hijos físicamente, nuestros teléfonos y tablets pueden dañar su mente y corazón. ¿Cómo? Debido a que estos dispositivos dan acceso a Internet, y por ello, son una puerta a la pornografía, violencia, acoso e invasión de la privacidad.

No todo lo que hay en Internet es apto para nosotros, menos para nuestros hijos.
Hay por lo menos 2 grandes peligros o amenazas principales para nuestros hijos a través del Internet:

1. Pornografía
Existen millones de sitios pornográficos que aunque son virtuales, son una amenaza real para la vida espiritual y moral de nuestros hijos.

a. Consumo Estadísticas indican que entre las edades de 8 a 16 años de edad, el 90% de los niños o adolescentes han visto pornografía en Internet, 40% mientras realizaban búsquedas para tareas escolares. La edad promedio de introducción a la pornografía es de 11 años. La pornografía está ahora a solo 1 clic de distancia en millones de sitios web con millones de fotografías y videos que pueden marcar la vida de un niño o adolescente de manera radical en su sexualidad.

b. Producción En la actualidad los jóvenes no solo consumen pornografía sino producen pornografía. El llamado “sexting” o envío de fotografías sexualmente explícitas está en auge. De hecho hay aplicaciones “especializadas” que permiten compartir fotografías de manera aparentemente efímera. Sin embargo, una vez publicado en Internet, aun de forma privada, no hay manera de detener su difusión. Una de estas aplicaciones de mensajería efímera es Snapchat, que como vimos en la gráfica, tiene un tráfico de 700 millones de fotografías al día, muchas de ellas eróticas y pornográficas.

c. Explotación No solo el consumo y la producción de la pornografía afecta a nuestros hijos. Lo más preocupante y desagradable es la explotación de los niños: hay más de 100,000 sitios de Internet que ofrecen pornografía infantil ilegalmente. Un niño sin supervisión puede ser contactado en línea por depredadores sexuales o pornógrafos que utilizando el engaño, pueden inducir a un niño a compartir fotografías para su explotación tanto sexual como económica. Estas tácticas se conocen como “grooming” y afectan a miles de niños cada día.

2. Acoso cibernético Ligado a lo anterior está el acoso o cyberbullying. El acoso cibernético se da a través de mensajes de odio, extorsión, chantaje, obscenidad o amenazas contra la vida. El acoso implica una invasión a la privacidad no solo de nuestros hijos sino también de toda nuestra familia. De todas las consecuencias negativas que tiene para la víctima, la más trágica es el suicidio.

4 consejos para hacer frente a estas amenazas ¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos ante estos peligros “virtuales” pero “reales”?

1. Infórmese

Recursos:
Connectsafely   www.connectsafely.org/
Internetsafety101.org   www.internetsafety101.org/ 
Just1clickaway http://www.just1clickaway.org/

2. Enseñe con el ejemplo Nada modela mejor los hábitos de nuestros hijos como nuestro ejemplo. Ellos harán lo que nos vean hacer. ¿Cuánto tiempo usamos las redes sociales? ¿Qué cosas compartimos en nuestros muros? ¿Le damos más importancia a nuestro teléfono que a ellos cuando nos hablan?

3. Limite y proteja Establezca una constitución familiar de entretenimiento e Internet para su familia en base a la Palabra de Dios. Efesios 5:3-4 Nueva Versión Internacional contiene los lineamientos de lo que debemos permitir y no permitir en casa: Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.

Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias.
Recuerde: Un dispositivo digital debe ser tratado de la misma manera que otros aparatos en casa: no dárselo a nuestros hijos hasta que tengan la edad apropiada, y siempre bajo supervisión. La supervisión implica comunicación. Hable con sus hijos y resuelva sus preguntas antes que alguien más lo haga.

Prepare a sus hijos para lo inevitable Tarde o temprano sus hijos se toparan con la pornografía. Aunque usted restrinja el uso de Internet, instale filtros y supervise día y noche a sus hijos, un día alguien, quizás en la casa de un amigo o familiar, alguien lo invitará a ver pornografía. Un anuncio, una búsqueda o un vídeo tratarán de atrapar a su hijo.

Pero si usted prepara la mente y el corazón de su hijo con la Palabra de Dios y le da formas inteligentes de resistir la presión de grupo o la tentación, su hijo estará más preparado para salir vencedor. Las semillas que usted siembre en el corazón de su hijo darán frutos tarde o temprano..

 

ARTICULO TOMADO DE  http://liceofrater.edu.gt